Tu piel es uno de los órganos que también necesita de cuidados especiales cuando tienes diabetes, ya que este padecimiento puede provocar que se reseque y deshidrate. Sobre todo, si no se tiene un adecuado control de los niveles de glucosa en sangre.
De esta forma, la piel puede volverse seca debido a que cuando se tiene diabetes hay una menor hidratación y producción de grasa, así como también alteraciones en la microcirculación sanguínea que pueden provocar una menor transpiración al afectar la actividad de las glándulas sudoríparas.
Asimismo, la piel seca puede dar comezón y con el rascado frecuente agrietarse, lo que aumenta el riesgo de sufrir alguna infección y si no se trata a tiempo se pueden presentar mayores complicaciones, pues las heridas pueden tardar en cicatrizar con la diabetes.
Las zonas de los codos, brazos, piernas y pies con más susceptibles a la resequedad.
Cuida tu piel de la resequedad con estos consejos
Tener resequedad en la piel no es una condición exclusiva de las personas con diabetes, aunque, es muy común entre esta población, por los factores que comentamos con anterioridad.
A continuación, te presentamos algunos consejos que puedes tomar en cuenta para cuidar tu piel de la resequedad y que también te pueden ser útiles, aunque no seas diabético:
Si llegas a notar alguna complicación en tu piel, consulta al dermatólogo.